Hablar
ante un público para muchos representa un reto difícil de enfrentar, no por lo
complicado o sencillo del tema, no por lo fácil o difícil de la audiencia, el
punto de dificultad principal está en enfrentar el miedo escénico que invade a
la mayoría de las personas en esta circunstancia. Miedo que se manifiesta fisiológicamente
con sudoración excesiva, enrojecimiento del rostro, temblor y descontrol en las
piernas, cosquilleo en el estómago, mareos, náuseas, ataque de llanto o de
risas, tartamudeo, mente en blanco, hasta el desmayo o complicaciones mayores.
El
miedo se presenta sin importar nivel cultural, edad, sexo, condición social,
etc. Y que a pesar muchas veces de estar preparados en el tema, hace de nuestra
actuación ante un público un hecho de muy poca calidad y hasta deplorable.
Son
muchas las explicaciones que se le dan a la raíz u origen de este miedo,
enumeremos algunas y evaluemos su factibilidad:
Algunos
opinan que el miedo es producto de la falta de dominio en el tema, pero todos
sabemos que quien sufre de este miedo, lo experimenta igualmente, si se le invita
ante un público a contar su experiencia en un viaje, un día típico de su vida o
cualquier otro hecho personal, ¿Acaso no dominará un tema semejante?. Así mismo
podemos citar casos de profesionales con años de experiencia en sus áreas y que
cuando en algún momento les corresponde exponer ante una numerosa audiencia un
tema inherente a su profesión, el miedo se presenta tan igual que a un novato
en la materia.
Otros
afirman que la causa es una baja autoestima y las personas que tienen una alta
autoestima se sienten confundidas ante esta afirmación puesto que experimentan
igualmente este miedo, y por el contrario muchas personas con autoestima baja
en un determinado momento han tomado la palabra ante un grupo para exponer y
defender sus opiniones o ideas, lo que nos indica que existen circunstancias
que se anteponen a esa autoestima desencadenante del miedo escénico, tal vez
usted querido lector sea una de esas personas de alta autoestima y que evidencia
ese miedo ante el público, y ahora tiene miedo y duda acerca de su autoestima.
Muchos
suponen que el miedo escénico obedece a un trauma infantil en las primeras
experiencias escolares al expresarnos ante otros, por haber sido motivo de
burla o algo similar, no niego que esta pueda ser una posibilidad, pero el
miedo escénico estadísticamente ocupa el primer lugar a nivel mundial, ¿Acaso
la mayoría de las personas vivieron semejante experiencia?
Algunos
simplemente consideran que este miedo es consecuencia del temor a cometer un
error ante otros, sin embargo en nuestro día a día cometemos errores ante
algunas personas sin que esto signifique un miedo tan elevado y un miedo cuando
es real es experimentado en toda circunstancia similar, por lo que el temor a
equivocarse si existe en la persona debería estar presente cada vez que se
exprese ante varias personas que lo escuchen y no solo al exponer un tema.
Todas
las suposiciones anteriores no es que carezcan de sentido, por el contrario
todas ellas contribuyen al aumento del miedo escénico, pero no son las causas
de su aparición, por lo tanto no es solamente solucionando estos puntos como
canalizaremos y controlaremos este miedo.
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