Jesús de Nazareth
es y será siempre el mayor orador que la humanidad haya podido conocer, sus
palabra, sus enseñanzas y la manera de usar el verbo para transmitirlas, son
indiscutiblemente superior a cualquier orador conocido, para su época uno de
los mayores problemas que enfrento Jesús
era la cárcel intelectual en que vivían las personas, esa poca
flexibilidad de pensamiento que les impedía entenderse a si mismo y a sus
entorno. Entre sus dotes orales para llegar a la gente usaba el arte de la
duda, lo empleaba para abrir la puerta de la inteligencia de las personas.
Si observamos los
textos de los cuatros evangelios, observaremos que usaba el arte de la pregunta
y cuestionaba, para provocar en las personas un proceso de interiorización y
autocrítica.
Como orador Jesús
además fue un extraordinario narrador de parábolas, cada una enmarcada en
situaciones que la gente conoce bien, usaba las ilustraciones para que la gente
revelara la actitud de su corazón, era carismático y paciente en el arte de
enseñar con su palabra, cautivaba hasta a sus opositores, expresaba enseñanzas
complejas con historias simples. Siempre contaba historias que atraían y
estimulaban a pensar, convertía a sus oyentes en agentes activos en el proceso
de educación y transformación,
Jesús estaba continuamente llevando a sus discípulos a
pensar antes de reaccionar, a abrir sus mentes aun ante el miedo, los errores,
los fracasos y las dificultades. Estimula las funciones de la memoria y el
proceso de construcción de pensamiento, hablando poco y diciendo mucho, El
sabia que la memoria no era un simple deposito de información, Jesús buscaba
que el hombre no fuese un simple repetidor de reglas y conceptos, alguien que
solo sabe juzgar a los demás, pero que no sabe interiorizar y enfrentar sus
propios errores.
Jesús hablaba con gestos, lo que explicaba sus enseñanzas
mas claramente que mil palabras, pero aun así muchos no comprendieron que él transmitió valiosos mensajes no solo
por lo que hablo, sino también por lo que no hablo. Esos profundos mensajes que
expreso con la elocuencia de sus gestos y sus momentos de silencio.
Cristo rompía la frialdad del conocimiento, el lo
transmitía con vida y se fundía con las historias. Las personas se sentían
privilegiadas de oírlo. Los fariseos estaban tan atraídos por su manera de
hablar que siendo sus mismos opositores estaban cerca para disfrutar de
escucharlo, Es incomprensible para algunos como alguien sufría tanta oposición
y al mismo tiempo despertara tanta admiración en sus opositores.
De el se dice:
Jesús de Nazareth, sin armas ni
dinero, conquisto más millones de personas que Alejandro, César o Napoleón. Sin
contar con cultura ni conocimientos, arrojó mayor luz sobre lo humano y lo
divino que todos los filósofos y estudiosos que han existido. Sin elocuencia
académica alguna, pronuncio Palabras de Vida como nunca se habían oído ni han
vuelto a repetirse desde entonces, generando efectos que ningún poeta u orador
ha logrado jamás. Sin haber redactado una sola línea, impulso más plumas y
proporciono mayor cantidad de temas para sermones, oraciones, debates, tratados
eruditos, obras de arte y canciones de alabanza que todas las legiones de
hombres brillantes que ha habido en el pasado y en tiempos modernos.
Han transcurrido una veintena de
siglos desde su nacimiento y aún sigue siendo figura central de la humanidad y
la única esperanza para su futuro. Me quedo corto si digo que todos los que
hayan marchado, todas las flotas de guerra que se hayan construido, todos los
parlamentos que hayan habido y todos los reyes que han reinado, en conjunto, no
han ejercido una influencia tan grande en la vida del hombre en este mundo como
la de este Único Ser.
Anónimo.
Son atípicas las paradojas que envuelven la historia de
Cristo. Nadie hablo de amor como el, al mismo tiempo nadie fue tan odiado como
el.
El se entrego y se preocupo tanto con el dolor del
prójimo, y nadie se preocupo de su dolor. El fue herido con rechazo sin tener
motivo para ello. Era tan dócil, y aun así se le trato con mucha violencia. No
deseaba el trono político y fue tratado como si se tratara del más agresivo de
los revolucionarios. Y su máximo y coherente discurso lo pronuncio clavado en
la cruz cuando dijo !Padre! perdónalos
porque no saben lo que hacen”.
Todo orador que desee formarse en el poder de la palabra debe
aprender de Jesús de Nazareth; El Maestro.
Me encanto...Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarSintético y ajustado. Sin ninguna duda El es el verbo hecho carne para nuestra salvación. Gracias
ResponderEliminarExcelente exposición de la oratoria de Jesús.
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